De repente, me encuentro subiendo una cuesta. Miro árboles gigantes que tienen como frutos, golosinas de todo los tipos, cojo unas cuantas, y en el camino las boy desgustanto sin ninguna preocupación. Mi caminar de repente es rápido, después, demasiado lento o viseversa, no importa llegaré. Cuando lo haga, estaré en la cima, disfrutando el aire fresco de la montaña. Será un atardecer rojizo, y tal vez sea en octubre. Sólo yo, y esa inmensidad de belleza, de goce. Estaré desnuda y mis cabellos bailarán sutilmente junto al viento. Luego, comenzarán a caer pequeñas gotas de mi techo, de nuestro techo. Casualmente estarán tibias, y tendrán sabor a chocolate. Después, cuando alcance el clímax de la felicidad, abriré mis brazos y me dejaré caer en la nada. De esta manera, mi vida acabará en el momento más preciso, pues, cumplí el propósito de mi nacimiento.
lunes, 26 de abril de 2010
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MaryJeses
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wow wey no mames que buen tripp...ya vez que no te cuesta nada liberarte...asi es wey dejate caer como dice cafe tacuba..
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