lunes, 15 de febrero de 2010

Mi amigo, el verde.

Lo conocí, un día de clases, cuando la profesora exige que nos reunamos en equipo para cierta actividad. El se unió a nuestro equipo. Lo miré y pensé: parece agradable. Pero, creo que es demasiado infantil para ser mi amigo. Mi amiga es también a mi parecer más inocente que yo en ese aspecto, así que inmediatamente se acoplo más con ella que conmigo. “Equis”, pensé. No tengo nada de que lamentarme. Sin embargo, tiempo después me di cuenta que me divertía mucho a su lado y que cada momento que pasaba junto a él, entre clase y clase, era verdaderamente agradable y entretenido. Siempre: sonríe, sonríe, y sonríe. Era la primera vez que lo miraba en la universidad, a pesar que habíamos estado en las mismas aulas durante un año.
De un de repente, al mismo tiempo que mis ánimos de “antrera” se acababan: llego él. Le dije que tenía ganas de ir a un bar. Por cierto, con muy mala fama en la ciudad y me dijo que fuéramos. Desde ese día creo que comenzó esta relación. Tan maravillosa, tan espectacular. Hay, que exagerada, pero la verdad, mi manera de ser, siento eso. Cuando conozco a una persona que no es de mi agrado o simplemente no me siento bien con ella, o si, pero no me divierto, aparto un poco su amistad, no es por ser mal pedo (dijera él), simplemente considero que el tiempo de todos es muy valioso y no debemos desperdiciarlo aburriéndonos. Pero con él, no me paso eso, sencillamente, ese día que fuimos a ese bar, me di cuenta que pasaría momentos muy gratos con su presencia; y así fue, sin lugar a dudas.

Un tipo sereno, en sus ojos se observa ese brillo especial, lleno de ilusión y desencanto. Sus manos son un tanto dulces. No será trabajo físico, obviamente. Son limpias y pálidas, ¡tan bonitas! Su caminar es natural, no trata de aparentar nada, no le importa ello. Simplemente se deja llevar por el viento, por las calles de Tijuana o de la universidad. Le entusiasma lo que podría pasar en días, semanas o anos. No tiene nada que perder, eso lo sabe y lo toma en cuenta. Al menos en nuestros años de universidad. La universidad solo una vez. Tanto que algunos suelen quedarse en esa época, aunque sean padres. Quisiera tener padres así! Es tan conceptual (sólo para algunos). Pero lamentablemente lo mejor de ello, llego en ese bar de mala muerte. No me importa: es extraordinario, y más aun a su lado. Siento que eh aprendido mucho en esas platicas caguameras. Me encanta porque a su lado soy la persona más sincera del mundo. Y, creo que también él lo es, o al menos eso quiero creer. Por cierto, hace días llego a una edad. Una edad bonita, aunque es triste saber que su juventud está por acabar y la mía obviamente apenas iniciando. No importa yo seguiré siempre inculcándole ir a tomarnos unas cervezas y fumar, viendo cuadros de artistas locales y leyéndolos como acabamos de aprender en esa clase que tomamos juntos.
Posdata: decidí escribir esta entrada a consideración de su cumpleaños y lamentablemente porque es mi único lector.

viernes, 5 de febrero de 2010

El hombre perfecto

Nunca sabemos quién nos está checando a cada minuto. Es algo raro, pero todas las personas estamos al acecho de alguien; por algún tipo de objetivo que tenga en mente. No es sentirme importante ni mucho menos. Si embargo, si los niños están siempre checaditos, imagínense las personas que están socialmente activos. Un claro ejemplo, son claro, las estrellas. Ya sean de cine, TV, cantantes, etc. Pero, falta que le pongas una poquita de atención a la gente con la que interactuamos a diario, para darnos cuenta que nada más están observándonos, y que, talvez, si les hiciéramos un cuestionario acerca de nuestras actividades y horarios, nos los contestarían perfectamente. Es algo que se queda grabado inconscientemente en la mente de la gente. Algo humano. Eso me aterra, y me acabo de dar cuenta, porque yo tengo observadas varias personas de mi incumbencia. Es algo curioso, pero interesante, sin embargo, da miedo. Tampoco crean que soy una maniaca que solamente piensa en ver que hacen los demás, pero pensándolo bien, los “criminales” de la sociedad, eso mismo hacen, con sus posibles victimas. Así que todos tenemos esa capacidad “acechante”. Cuando deseamos estar con alguna persona que va en nuestra escuela, también suele suceder este tipo de comportamiento psicópata. Observamos cada movimiento de él o ella. Con quien va a comer, a quien le habla,
Hora de salida, etc. Y más aun, si poseemos su espacio en Internet. Bien, al cabo de un tiempo de ir haciendo esto, llegamos a poseer mucha información secuéstrante. Fotos, amigos, cel, dirección, etc. Todo se presenta en el camino, por añadidura a nuestra obsesión. Y no me importa decir que es placentero. Sin embargo, ahora me encuentro en una situación muy diferente de las anteriores: DINERO. Huí, esto es más obsesionante que cualquier deseo sexual. Bueno, te posee más rápidamente. Muchas veces sientes desesperación, yo misma me río de ello. Esta situación es un poco incomoda. Necesito dinero y no puedo trabajar. Me queda una sola opción, tomarle prestado a mi mama. Yo sé que no es malo, que no le afectara. Lo principal, es para una buena causa: mi educación. Bueno, quiero ser sincera al menos aquí, también, es para unas buenas parrandas y un verano excepcional. Entonces, la observo inconscientemente: a donde va llegando del trabajo, que hace después, cuando se aleja de mi presencia, escucho con gran atención sus movimientos imaginándome en que parte de la casa se encuentra, entre otras cosas por el estilo. Es algo raro, pero me gusta. Porque, al final, tengo recompensas. No las que me gustarían, pero las hay. Así que sirve hacerlo. Muchas veces pienso en el mal y el bien que le hago al “tomarle prestado” y llego ala conclusión que es dinero prestado al final de cuentas. Ya que, cuando mi mamá este anciana y yo tenga trabajo, la mantendré y le regresaré todo lo que le tome prestado. Bueno no importa, ella creo que lo entenderá; y algún día, le contaré lo que hacia y ella se reirá junto a mí. Esa ni yo me la creo, pero bueno, espero que sea así, y si veo que no, pues simplemente no se lo cuento y le compro un departamento, el carro que siempre ha deseado y un guardarropa fabuloso. También, talvez me alcance para llevarla unas cuantas veces a cenar muy “nice”. Haaa,algo importante, le encontraré un novio por Internet: un hombre perfecto.

MaryJeses

MaryJeses
Un poco más de mi...

Intereses

  • Arte
  • Cine
  • Danza
  • Folklor mexicano
  • Literatura
  • Música acústica
  • política

Seguidores