Alguién me llamaba, y lo seguí

Mis primos estaban jugando póker, me invitaron, y fui. Nos encontrábamos, frente a un sauce. Tranquilamente, pasaron las horas, y no me percate que era muy tarde, como suele pasar cuando pasas un buen momento. Eran las 10 de la noche, y estaba en su más negro esplendor. Me despedí, y emprendí mi camino. La oscuridad de la noche no me causaba el más mínimo temor, al contrario, me invitaba a seguirla. Camine alrededor de la laguna, sintiendo el aire fresco de la noche, y el aullar de las aves. De repente, una voz detrás de mi pronuncio mi nombre. Pensé que alguno de mis primos me llamaba, sin embargo, cuando voltee mi cabeza, no miré nada. No me asuste ni mucho menos, porque me ha pasado varias veces, seguí mi camino. Luego, cinco minutos después, escuche de nuevo esa voz llamándome. Esta vez, sentí escalofríos alo largo de mi cuerpo. Pero, faltaba poco para llegar ala casa de mi abuela. Camine mas a prisa, tenía miedo, y sed. A solo unos pasos del portón de la casa, esa voz varonil se escucho, sólo que ahora más clara y fuerte, voltee mi cabeza y mire a un hombre haciendo señas con su mano, invitándome a seguirlo, después corrió y no voltio atrás. Pensé que a alguno de mis primos le había pasado algo, y corrí rápidamente siguiendo sus mismos pasos. Cuando llegamos a los dos caminos que hay para llegar al pueblo, el corrió por el más largo, en el que pasas más cerca de la laguna. Me pareció extraño, pues el más corto es el otro. Pero en ese momento no pensé en nada, nada más que mi familia. Lo seguí, pero de un derepente en una vuelta, lo perdí de vista. Entonces, sentí un frío en todo mi cuerpo y me di cuenta que el agua de la laguna estaba en mi cuello.